Hola a todos, como siempre, cuando leo libros nuevos y me encuentro con palabras que me llevan necesariamente a profundizar en su relación con la trama, no puedo hacer otra cosa que «rendirme», seguir adelante y buscar el significado de lo que me impide continuar con la lectura. En este sentido, me ha parecido interesante compartir esta curiosa y breve investigación con los pocos que aún no han tenido la oportunidad de «encontrarse» con la palabra en cuestión y lo que representa.
Actualmente he decidido entrar con sumo respeto en la «Papelería Tsubaki», novela de Ito Ogawa, que parece prometedora y que pensé, en este momento bastante sobrecargado de otras lecturas no siempre agradables, que sería útil para desconectar y encontrar tranquilidad en entornos que me convienen especialmente, donde abundan los artículos de papelería y todo lo relacionado con los instrumentos de escritura.

Pero vayamos al grano, el término en cuestión, o mejor dicho, la palabra que me llamó la atención fue «chinowa», que simboliza universalmente la purificación y la protección. Se trata de un ritual estacional tradicional japonés que augura buena salud.
Al pasar por el círculo de hierbas frescas y limpias, se dice que, una vez realizado el ritual, es posible liberarse de las enfermedades y superar el calor del verano. Pero no es solo eso.
El chinowa se presenta como una estructura circular, un anillo de hierba cogon (típicamente de chigaya o paja) utilizado en los ritos de purificación del sintoísmo. Se coloca a la entrada de los santuarios dos veces al año, con motivo de dos importantes ceremonias conocidas como Nagoshi no Harae y Toshikoshi no Harae.

La primera ( Nagoshi no Harae ) se celebra el 30 de junio y es un rito que tiene como objetivo purificar los pecados (tsumi), las impurezas (kegare) y las malas acciones acumuladas durante la primera mitad del año.
La segunda (Toshikoshi no Harae) tiene lugar el 31 de diciembre, al final del año, y está concebida para purificar completamente las impurezas y los pecados acumulados durante todo el año.
Pero también se entiende como un ritual de paso chinowa-kuguri, en este caso los fieles pasan a través del anillo siguiendo un recorrido específico en forma de «ocho» o infinito tres veces. Esto simboliza la eliminación de las energías negativas y una renovación espiritual.

No hay que subestimar su origen histórico-legendario, ya que el rito parece tener bases muy antiguas y está relacionado con una historia milenaria que narra la historia de una familia pobre que, al acoger en su casa al dios Susanoo-no-Mikoto (deidad sintoísta conocida por su naturaleza violenta e impulsiva, dios de las tormentas, los mares y los huracanes, famoso también por haber matado al dragón de ocho cabezas Yamata No Orochi), recibió a cambio, como muestra de agradecimiento por su hospitalidad, un anillo de hierba mágica como protección para sus descendientes contra posibles enfermedades y desgracias.

Pero en la actualidad parece existir también una versión más moderna del ritual, que prevé, además del paso físico, la posibilidad de escribir el propio nombre y deseos en un hitogata (una silueta de papel), donde cada uno, soplando sobre ella, puede transferir sus desgracias y ofrecerla al santuario como parte del ritual de purificación. Pero también se pueden ofrecer amuletos, otros objetos votivos y oraciones.
Como pequeña curiosidad adicional, parece que el chinowa más grande medía unos 11 m (36 pies y 1 pulgada) de diámetro y se fabricó en Nagoya, Aichi, el 28 de junio de 2009.
En definitiva, el chinowa representa un acto de renovación personal y colectiva, una invitación a eliminar lo viejo para dar paso a lo nuevo, a purificarse no solo físicamente, sino también espiritualmente. Esta práctica sigue estando muy presente en las comunidades japonesas, uniendo fe, cultura y naturaleza en un ritual que ayuda a superar las pruebas y a recuperar el equilibrio y la fuerza interior.
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